• Se trata de una primera edición de los “Caprichos de Goya”.

 

Santander, 22 de septiembre de 2021. El concejal de Cultura, Javier Ceruti, ha anunciado un nuevo hallazgo entre los fondos de la Biblioteca Menéndez Pelayo (BMP), “que como ya explicamos hace unas semanas cuando presentamos el hallazgo de un incunable, va a seguir dándonos agradables sorpresas a medida que vayamos profundizando en su catalogación”. En este caso, tal y como ha precisado, el hallazgo ha sido fruto de una investigación desarrollada por el director del MAS, Salvador Carretero, en el transcurso de sus trabajos de preparación de una exposición sobre Goya que se celebrará en los próximos meses en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Oviedo.

Por su parte la Biblioteca, continuando con los trabajos de catalogación informatizada que se están desarrollando, ha procedido a la introducción de dicho ejemplar en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico (CCPB) -base de datos del Ministerio de Cultura – que recoge la descripción y localización de obras en instituciones españolas, tanto públicas como privadas que forman parte del Patrimonio Bibliográfico Español.

Tal y como explica la responsable de la BMP, Paz Delgado, “el álbum está compuesto de 80 estampas en papel verjurado, con distintas técnicas de impresión: aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. El título de cada estampa está grabado en el margen inferior, y el número en el ángulo superior derecho. La huella de la plancha y la estampación en tonos rojizos son características de la primera edición de 1799, cuya descripción consta en la Biblioteca Nacional”.

Con el fin de contextualizar la obra, Delgado explica que “hacia 1780 Goya se relacionaba con algunos de los más importantes intelectuales del país, Gaspar Melchor de Jovellanos, Juan Meléndez Valdés, Leandro Fernández de Moratín, o Juan Agustín Ceán Bermúdez, con quienes compartía los ideales de la Ilustración. Era consciente de los defectos de la sociedad española, por tanto contrario al fanatismo religioso, las supersticiones y la Inquisición. Todo ello aparece criticado de forma satírica en estas láminas, donde aparecen grabados fantásticos con visiones delirantes, seres extraños, y fisionomías deformadas exageradamente. La serie de grabados de Los Caprichos se editaron y pusieron a la venta por primera vez en 1799, el 17 de enero de 1799, según un recibo del Archivo de Osuna, en el que consta que se le abonaron 4 series”.

El 6 de febrero de 1799 se anunció la venta de la Colección en el Diario de Madrid, poniéndose  a la venta 300 ejemplares en la perfumería de la Calle Desengaño nº 1, el mismo edificio donde vivía el pintor. La caída del poder de Godoy y la ausencia de los ilustrados en el Gobierno precipitaron los acontecimientos, y Goya retiró de forma precipitada la edición por temor a la Inquisición. Solo estuvieron a la venta 14 días.

En 1803, con el fin de salvar los Caprichos, Goya ofreció las planchas y las series disponibles al Rey con destino a la Calcografía Nacional, a cambio de una pensión vitalicia para su hijo de doce mil reales anuales. Es posible que el pintor se quedara algunas series que vendió posteriormente en Cádiz durante la Guerra de la Independencia, entre 1809-1812. Hay discrepancias entre los expertos en el número de ediciones de los Caprichos, que a partir de la segunda edición fueron realizadas por la Real Calcografía Nacional, pero se estiman unas veinte ediciones: 1 en el siglo XVIII, 12 en el siglo XIX, y 7 en el XX. El color de la tinta ha ido variando, y pasa del tono ligeramente rojizo de la primera edición al azul o negro de las siguientes.

El ejemplar que se encuentra en la Biblioteca de Menéndez Pelayo “esta encuadernado en pasta española con el título manuscrito en una banderilla de papel pegada en el lomo, y su estado de conservación es excelente, con excepción de un pequeño deterioro en la encuadernación”. Un dato que nos ayuda a la datación del ejemplar es que las hojas de guarda son de papel timbrado donde se puede leer al trasluz: “Para Pobres de solemnidad quatro mrs./Sello quarto, Año de mil/ochocientos y nueve”.

Además, posee un exlibris de sello de tinta en la primera estampa donde se encuentra el retrato de Goya en el que consta: “Modesto del Valle/0,143/Madrid”. También tiene restos de otro exlibris en la estampa nº 80 que estuvo pegado y se ha quitado en el que se puede leer: “Antonio”. “No sabemos con certeza quien fue su propietario, y será una cuestión a estudiar por los investigadores, pero los datos coinciden con Antonio Modesto del Valle y Castillo (1788-1863), militar español nacido en la Isla de Cuba y que fue enviado a España para estudiar la carrera militar, donde tomó parte en la Guerra de la Independencia Española. Se sabe que el 17 de marzo de 1809 obtuvo el ascenso a Alférez de Guardias, y que en 1810 participó en el Sitio de Cádiz. Así, podemos situar a esta persona en el mismo espacio geográfico y temporal que Goya”.

Por último, sí se conoce que el ejemplar se corresponde con las estampaciones hechas en la segunda mitad de la tirada de esta edición príncipe porque la estampa nº 45, titulada “Mucho hay que chupar” contiene una raya en el rostro de la figura del fondo, producto de un arañazo que sufrió la plancha y que en las primeras estampaciones no figura.